El Atleta de Jesucristo

El verdadero atleta es una persona que está en constante preparación. Pablo advierte a Timoteo: “… El que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente”. En esta cita hay una advertencia; es necesario “luchar legítimamente”. Por ello, necesitamos estar en constante preparación y vivir bajo una disciplina rigurosa que fortalecerá nuestra vida espiritual. ¿Qué tipo de preparación necesitamos y que disciplina debemos llevar?

La preparación se compone de lectura diaria de la Biblia, ayuno constante, absteniéndonos de todo lo malo.  Oración si cesar, vigilia permanente, porque nuestro adversario, el Diablo, busca a quien devorar. Disciplinemos nuestras emociones, nuestra lengua y nuestro carácter. Efesios 4:31. Ello dirá mucha en nuestra carrera hacia la meta.

Nuestra actitud es fundamental para ganar esta carrera. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, despojémonos de todo peso para correr libremente, Hebreos 12:1. Por último, inspirémonos en los ejemplos bíblicos. Abraham corrió hacia la gracia, pues sabía que venía fuego sobre Sodoma y Gomorra. Samuel corrió al llamado, para ser profeta de Israel. David corrió hacia la batalla y derroto al gigante. Felipe corrió para enseñar la palabra al eunuco etíope, e hizo de él, un discípulo que llevaría el evangelio a África.

Corre esta carrera, recuerda que es Dios quien te va a coronar.


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