La manzana y el huerto del Edén

Descubre la historia de cómo la manzana se convirtió en la fruta prohibida del Edén y su relación con la teología del huerto del Edén.

¿Qué tiene que ver la manzana con el huerto del Edén? Según la tradición cristiana, la manzana fue el fruto prohibido que tentó a Adán y Eva a desobedecer a Dios y comer de él, causando así la caída de la humanidad y la expulsión del paraíso.

Sin embargo, ¿sabías que la Biblia nunca menciona el tipo de fruto que era?

Entonces, ¿por qué se asocia la manzana con el pecado original?

La respuesta tiene que ver con la historia, el arte y la lingüística. En primer lugar, hay que señalar que la Biblia hebrea, que es la fuente de los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, no usa la palabra “manzana” para referirse al fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. En cambio, usa la palabra “peri”, que significa simplemente “fruto”. Esta palabra se tradujo al griego como «karpos», que también significa “fruto”, y luego al latín como “fructus”, que tiene el mismo significado.

Sin embargo, en latín existe otra palabra para “manzana”, que es «malum». Esta palabra tiene dos significados: por un lado, significa “manzana”, y por otro, significa “mal” o “malo”. Esta ambigüedad dio lugar a un juego de palabras que se aprovechó en el arte y la literatura cristiana. Así, se empezó a representar el fruto prohibido como una manzana, para simbolizar el mal que entró en el mundo por la desobediencia de los primeros padres.

Además, hay que tener en cuenta que la manzana era una fruta muy común y apreciada en el mundo antiguo, especialmente en las regiones mediterráneas. La manzana tenía un valor nutritivo, medicinal y simbólico. Se asociaba con la fertilidad, el amor, la belleza y la inmortalidad. Por ejemplo, en la mitología griega, la manzana era el fruto de los dioses, que otorgaba la vida eterna a quien lo comiera.

También era el premio de la discordia, que provocó la guerra de Troya al ser lanzada por Eris, la diosa de la discordia, con la inscripción «para la más bella». La manzana fue disputada por Hera, Atenea y Afrodita, y finalmente entregada por Paris a esta última, a cambio del amor de Helena.

Así pues, la manzana era una fruta cargada de significado y de contradicción. Por un lado, representaba lo bueno, lo bello y lo divino. Por otro lado, representaba lo malo, lo tentador y lo humano. Quizás por eso se convirtió en el símbolo del fruto prohibido que cambió el destino de la humanidad.


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