Principios de interpretación

interpretacionPor lo general, las promesas y las predicciones del AT estaban dirigidas al Israel literal, y debían haberse cumplido en relación con esa nación, siempre que ella fuera obediente. El cumplimiento parcial de la voluntad de Dios determinó que fuera también parcial el cumplimiento de las promesas que Dios había hecho con respecto al pacto. Sin embargo, muchas de esas promesas, sobre todo las que se refieren a la proclamación del Evangelio a las naciones y al establecimiento del reino mesiánico, no pudieron cumplirse para los judíos debido a su infidelidad; pero se cumplirán en la iglesia antes de la venida de Cristo, especialmente en el pueblo remanente de Dios, y también en la tierra nueva.

Cuando los judíos rechazaron a Jesús como el Mesías, Dios a su vez los rechazó a ellos, y comisionó a la iglesia cristiana como su instrumento escogido para salvar al mundo (Mateo 28: 19-20; 2 Corintios 5: 18-20; 1 Pedro 2: 9-10; etc.).

Por lo tanto, las promesas y los privilegios del pacto fueron todos transferidos permanentemente del Israel literal al Israel espiritual (Romanos 9: 4; cf. Gálatas 3: 27-29).

Aquellas promesas que todavía no se hubieran cumplido en el Israel literal, no se cumplirían más, o bien se cumplirían en la iglesia cristiana, que sería en adelante el Israel espiritual. Las profecías de esta segunda clase han de cumplirse en principio, pero no necesariamente en todos sus detalles, debido a que muchos detalles proféticos se refieren exclusivamente a Israel como una nación literal situada en la tierra de Palestina. La iglesia cristiana es una «nación» espiritual esparcida por todo el mundo, y esos detalles evidentemente no pueden aplicarse a ella en el sentido literal en que se aplicarían al pueblo de Israel.

Las profecías de la primera clase no pueden cumplirse porque eran estrictamente condicionales, y porque por su misma naturaleza sólo se aplicaban al Israel histórico.

El principio básico mediante el cual podemos afirmar con certeza cuándo una promesa o profecía particular del AT, hecha originalmente al Israel literal, halla su cumplimiento con respecto al Israel espiritual, es cuando un escritor posterior e inspirado hace tal aplicación de ella. Por ejemplo, la profecía de la batalla de Gog y Magog (Ezequiel 38-39) nunca se cumplió en relación con el Israel histórico; pero Juan el revelador nos asegura que, en principio, aunque no con todos los detalles (tales como los de Ezequiel 39: 9-15), esta batalla se efectuará al final del milenio (Apocalipsis 20: 7-9).

Pero ir más allá de lo que afirma la Inspiración -ya sea en el contexto inmediato del pasaje en cuestión, o en el NT- equivale a colocar la opinión personal en lugar de un terminante «Así dice Jehová». En aquellos casos en que la Inspiración no se ha definido claramente, estamos autorizados para comparar los diferentes pasajes entre sí, haciendo un esfuerzo por entender más claramente las ideas del Espíritu.

Pero en esto, como en toda exposición bíblica, no deberíamos afirmar que la Biblia enseña explícitamente lo que sólo es nuestra opinión particular y limitada, no importa cuán plausible parezca ser. Además, las profecías del AT deben examinarse en primer lugar a la luz de su aplicación histórica al Israel literal, antes de intentar hacer una aplicación derivada al Israel espiritual.

Uno de los principales propósitos del comentador bíblico es reconstruir el marco histórico dentro del cual fueron hechas las declaraciones originales de los profetas. El cristianismo es una religión histórica y sus mensajes inspirados están arraigados en los cerros y los valles, los desiertos y los ríos del mundo antiguo; y están ligados a hombres y mujeres de carne y hueso que una vez vivieron en la tierra. No hay protección más segura contra las vagas especulaciones de los visionarios religiosos que un claro conocimiento del contexto histórico de las Escrituras.

Aunque el profeta miraba lo que acontecía en su derredor, también podía ver mucho más allá de sus días. De un modo misterioso que sólo Dios conoce, algunas veces las palabras del profeta debían encontrar su cumplimiento en lo que era entonces un futuro distante. Algunas veces tenían que ver no sólo con la época en la cual vivía el profeta, sino también con un día del futuro remoto. Es decir, tenían una aplicación doble.

Del mismo modo, las formas en que Dios trató a los hombres en las crisis pasadas se citan muchas veces como ejemplos del trato que dará al mundo en el día final. Por ejemplo, los escritores bíblicos emplean el castigo que sufrieron las ciudades de Sodoma y Gomorra, ciudades literales de la antigüedad, para describir los castigos que Dios finalmente traerá sobre todo el mundo.

El estudioso de la Biblia que desee sacar de ella el mayor provecho posible, en primer lugar reconstruirá el contexto histórico de cada pasaje; escuchará al profeta que habla al antiguo Israel, y procurará comprender lo que sus palabras significaron para la gente que originalmente las escuchó. Pero también procurará captar el significado que las palabras del profeta puedan tener para tiempos posteriores, sobre todo para nuestra época. En verdad, esta aplicación secundaria es para nosotros hoy la más importante. Pero sólo teniendo en cuenta el marco del contexto histórico original del mensaje se podrá establecer con certeza su sentido y su valor para nosotros.

Un estudio de los profetas del AT que consista mayormente en tomar pasajes escogidos de aquí y de allá, sacándolos de su contexto histórico y aplicándolos arbitrariamente a nuestros días -como si el profeta hubiera hablado exclusivamente para apoyar nuestra posición-, está lleno de graves peligros. En verdad, este proceder es la principal causa de las caprichosas interpretaciones que caracterizan las enseñanzas de ciertos grupos religiosos.

En esta época, cuando sopla «todo viento de doctrina», es bueno asegurarse de que la comprensión de la profecía bíblica descansa sobre un positivo «Así dice Jehová» (Deuteronomio 29: 29; Isaías 50: 11; Jeremías 2: 13; Mateo 7: 24-28; 1 Coríntios 2: 4-5, 12-13; Efesios 4: 14; Colosenses 2: 2-4, 8; 2 Pedro 1: 16; Apocalipsis 22: 18). Si así lo hacemos, no caeremos en las explicaciones caprichosas que algunas veces se dan de ciertas profecías del AT.

Tampoco adoptaremos la explicación puramente literal que presentan algunos expositores referente al retorno del Israel literal a la Palestina literal para gobernar al mundo durante mil años, antes de que termine el tiempo de gracia para los seres humanos.

También estaremos a salvo de otras interpretaciones que no son bíblicas, mediante las cuales se aplican alegóricamente a la iglesia todos los detalles de las promesas que originalmente fueron dadas al Israel literal.

Estas dos posiciones exageradas distorsionan el sentido evidente de las Escrituras y no permiten que la Iglesia logre una juiciosa comprensión de los mensajes de los profetas.

Como un enfoque seguro para estudiar los pasajes proféticos del AT, se sugieren estas sencillas reglas:

 (1) Examínese la profecía en su totalidad.

Téngase en cuenta quién la presentó, a quién estaba dirigida y cuáles fueron las circunstancias que la motivaron. Debe recordarse que, por lo general, la profecía fue dada originalmente con referencia a las circunstancias históricas que la motivaron. La profecía fue ordenada por Dios para responder a las necesidades de su pueblo en el momento cuando fue dada y para recordarle el glorioso destino que como nación le aguardaba: la venida del Mesías y el establecimiento de su reino eterno. Descúbrase lo que el mensaje significó para la gente de esa época. (Esta regla no se aplica a las porciones del libro de Daniel que debían ser cerradas y selladas, ni a otros pasajes cuya aplicación pudo haber sido limitada por la Inspiración exclusivamente para nuestros días.)

(2) Obsérvense los aspectos condicionales de la predicción y determínese hasta qué punto esas condiciones fueron cumplidas, si es que lo fueron.

(3) Descúbrase qué aplicación le dan a esta profecía los autores inspirados posteriores, y sobre esta base determínese el significado que pueda tener para el pueblo de Dios de este tiempo.

(4) Recuérdese que la historia del trato de Dios con su pueblo en el pasado ha sido registrada para beneficio de todas las generaciones posteriores hasta el fin del tiempo.

Nuestro estudio de los mensajes, que fueron originalmente proclamados por santos varones de la antigüedad a la gente de sus días, no debe transformarse en un fin en sí mismo, sino en un medio para descubrir la voluntad de Dios con respecto a los que quieran servirle de todo corazón ahora, en el final de los siglos. La voz de Dios hoy nos habla claramente mediante los profetas de antaño.

Si estas reglas se siguen en forma consecuente, la interpretación que se obtenga puede aceptarse con confianza. En esta forma el sincero escudriñador de la verdad encontrará mensajes de inspiración, consuelo y orientación para hoy en los mensajes inspirados de los profetas de la antigüedad.

Daniel A. Flores

Los profetas y las profecias

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7 comentarios sobre “Principios de interpretación

  1. Con gusto le enviaremos a su correo, donde contactar a Gerardo de Avila…..el vive actualmente en Estados Unidos de Norte América…..en Miami….Saludos y por correo enviaremos el contacto de Gerardo

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  2. Bendiciones hermano carlos salazar, seria usted amable de ayudarme a poder contactar al pastor gerardo de avila? ya sea un correo o cualquier otro medio ya que viendo que un tiempo atras un hermano tambien le solicito y usted le dijo que iba a contactarlo…muchas gracias!

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  3. Bendiciones hermano carlos salazar, sera que usted puede ayudarme para poder contactar al pastor gerardo de avila? Ya que observo que hace un tiempo usted le coloco a una person a que preguntaba lo mismo que iba a tratar de ponerse en contacto con el para regalarnos un correo o cualquier otra forma para poder hablar con el, gracias!!!

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  4. Ustedes han sido escogidos para ayudar y orientar,
    aquellos que necesitamos las vitaminas de la palabra. Un menú equilibrado, hará el balance en la dieta nutricional cristiano. Dios siga guiando sus corazones, y cada palabra que salga de su boca, produzca la edificación de la gracia divina, en quienes escuchemos o leamos sus mensajes. La gloria y honra sea para Dios. Bendiciones.

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  5. PUES SI ALGUNAS DE L;AS RAMAS FUERON DESGAJADAS, Y TU, SIENDO OLIVO SILVESTRE HA SIDO INJERTADO EN LUGAR DE ELLAS, Y HAS SIDO HECHO PARTICIPANTE DE LA RAÍZ Y DE LA RICA SAVIA DEL OLIVO VERDADERO., SI ALGUNOS ISRAELITAS FUERON QUITADOS DE ISRAEL, Y TU QUE ERAMOS OLIVO SILVESTRE HEMOS SIDO INJERTADOS EN LUGAR DE ELLOS, EN EL OLIVO NATURAL QUE ES ISRAEL.ROMANOS 11; 17-24 .

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