El Bautismo de niños ¿Qué dice la Biblia?

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¿Por qué bautizan bebés algunas Iglesias Evangélicas? Lejos de lo que creen muchos dentro del pueblo cristiano que no están muy relacionados con esta práctica, los evangélicos no bautizan niños basados en las mismas razones, ni la misma teología que la Iglesia Católica.

Los Católicos Romanos creen que cuando los niños son bautizados el pecado original es removido y el alma de los niños viene a ser blanco, puro y libre de pecado. Esto es conocido como la ‘regeneración bautismal’. Los luteranos, también creen en la “regeneración bautismal” y la remoción del pecado original por medio del bautismo; sin embargo, existe una gran diferencia entre las bases para el bautismo de niños católico y el protestante (Reformado, Presbiteriano, Metodista, Anglicano/ Episcopal, etc.)

Algunos han dicho que el bautismo de infantes tiene su origen en la Iglesia Católica Romana y que tal práctica es una tradición católica adoptada sin fundamento bíblico alguno por las iglesias protestantes después de la Reforma. Sin embargo, desde un estudio del tema en la Biblia y la historia, tal parece que la posición que defiende el bautismo de niños debió ser parte de la costumbre de la Iglesia primitiva y de hecho está documentando históricamente que la práctica parece haber sido común entre los cristianos mucho antes de que la Iglesia de Roma apareciera. Se dice de Policarpo quien nació en la era apostólica (tiempo de los Apóstoles) de la Iglesia y fue bautizado siendo niño.

Policarpo (69-155), un discípulo del Apóstol Juan, fue bautizado de bebé (infante)…. Justino Mártir (100-166) de la próxima generación, declara cerca del año 150 DC, “Muchos, tanto hombres como mujeres, quienes han sido discípulos de Cristo desde su niñez, se mantienen puros a la edad de sesenta y setenta años “(Apología 1:15), Además, en su Dialogo con Trifo el judío, Justino Mártir declara que el bautismo es la circuncisión del Nuevo Testamento

El ser hechos discípulos desde la niñez es considerado que tales fueron primeramente bautizados y luego en su crecimiento fueron instruidos en la fe cristiana siguiendo el orden del mandamiento dado por Jesús en Mateo 28:19-20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. La orden de “haced discípulos” es vista en dos etapas (1) Primero “bautizándolos” – comenzando por ser bautizados en agua (2) y segundo “enseñándoles” – el discipulado por medio de la enseñanza.

¿Qué es el bautismo?

El bautismo es un acto (ordenanza o sacramento) hecho en obediencia a Dios y que sirve como señal de limpieza de pecados o pureza ceremonial de la persona se ha identificado con Cristo y su mensaje. Los que ‘confiesan’ fe en Cristo son cualificados para recibir el bautismo en agua lo cual les identifica con la iglesia de Cristo. Se espera que todos los que reciben el bautismo sean verdaderos creyentes, pero eso no es posible ser determinado y existen casos en la Biblia donde los mismos apóstoles bautizaron personas que luego dieron señal de NO SER verdaderos creyentes, aunque pertenecían a la iglesia de forma externa.

Unos dicen que ‘No’

Los cristianos de trasfondo Bautista, los adventistas y algunas otras denominaciones no practican el bautismo de niños. Ellos entienden que el bautismo en agua debe ser administrado basado solamente en la confesión de verdadera fe en Cristo, y es lo que se denomina “bautismo de creyentes”.

Marcos 16:16 El que creyere y fuere bautizado será salvo…

La lógica sigue así: El ‘prerrequisito para el bautismo es la fe’ y como los niños no se pueden arrepentir y creer, no pueden ser bautizados. Pero los adultos (y niños mayores) pueden creer y por eso son bautizados. Además, la Biblia en ninguna parte da ejemplos explícitos de niños siendo bautizados.

Casi todos los bautismos registrados en el sagrado texto parecen ser como consecuencia a un acto de fe parte de adultos conscientes y capaces de reconocer su pecado y obedecer la orden de ser bautizados. Por lo tanto, los hijos de los cristianos no deben ser bautizados sino hasta que estos alcancen una edad en la que puedan escoger por si mismos el ser bautizados en agua después de haber hecho pública su confesión de fe en Cristo.

En estas iglesias, en vez de ser bautizados, los niños de los creyentes son ‘presentados’ ante Dios en una ceremonia donde el padre y la madre (o guardián) se comprometen frente a los testigos, a discipular la criatura en el camino de la fe, pero serán bautizados cuando al crecer lleguen a una edad de responsabilidad cuando puedan discernir entre el bien y el mal y decidan por sí mismos tomar el bautismo en agua como confesión de fe personal.

Otros dicen que ‘Sí’

Las bases para esta creencia están puestas en el principio ‘pactante’ de Dios con su pueblo. Israel en el Antiguo Pacto y la Iglesia en el Nuevo Pacto. Por lo tanto, los niños son considerados parte de la iglesia (congregación / pueblo) visible de Dios, y por eso pueden recibir el bautismo juntamente con (o después de) sus padres creyentes. Ahora, veremos las bases para esta interpretación.

La práctica del bautismo de niños en las Iglesias Protestantes tiene como base que la práctica del bautismo del Nuevo Testamento es correspondiente a la práctica de la circuncisión del Antiguo Testamento. Aunque no existen versos que ‘literalmente’ digan que los niños no pueden ser bautizados o que estos fueron bautizados (objeción principal de los que se oponen a esta práctica), según la visión Reformada y protestante, la información Bíblica es suficiente para deducir que sí fueron y pueden ser correctamente bautizados los niños de los creyentes.

La Confesión de Fe de Westminster dice lo siguiente respecto al bautismo de infantes:

IV)…No solo deben ser bautizados los que profesan personalmente fe en Cristo y sumisión a él, (Marc. 6:15, 16; Hech. 7:37), sino también los niños cuyos padres son creyentes o a lo menos uno de ellos lo es, (Gen. 17:9; comp. Gal. 3:9, 14; Rom. 4:11, 12; Hech. 2:38, 39; 16:14, 15, 33; Cols. 2:11, 12; I Cor. 7:14; Mat. 28:19; Marc. 10:13-16; Luc. 18:15).

El determinar si los niños deben o no deben ser bautizados presenta dificultad para ambas partes ya que la Biblia no es ‘explicita’ al respecto ni a favor ni en contra. Por lo tanto, se debe llegar a una conclusión haciendo varias deducciones de la Escritura. Considero que el peso de la razón queda del lado de los que favorecen el bautismo de menores. Existe la visión dispensacionalista y anabaptista que corta tajantemente con la administración anterior y desconoce las prácticas y cultura religiosa en la que se levantó la iglesia.

Esta forma de interpretación favorece el bautismo de adultos y no de niños. Para ellos la iglesia no tiene conexión alguna con la fe de sus padres y es un sistema religioso que nace totalmente sin precedente alguno como algo netamente nuevo. Por otro lado, tenemos la posición de la iglesia que toma en cuenta el contexto cultura, religioso e histórico de la iglesia primitiva la cual sale de un ambiente y pensamiento altamente Judaico el cual ve el núcleo familiar como una unidad que tiene promesa de salvación en conjunto.

De ahí que tanto Jesús, como Pedro y Pablo hablen de salvación para “toda la casa” a Zaqueo, que la promesa es “para vosotros y vuestros hijos” en el Sermón de Pentecostés, y que la salvación sea “para ti y tu casa” al carcelero de Filipos respectivamente.

El uso de la frase “toda su casa” podría indicar que, de haber niños menores en la casa, ellos también fueron incluidos. Por lo tanto, tales hijos menores deben ser necesariamente y obligatoriamente incluidos en ese bautismo familiar. Queda entonces demostrar que en todas las casas donde se bautizaron “toda la casa”, no había niños menores de edad y esa tarea es muy difícil sino imposible de hacer. La fe del padre (o madre) de familia era suficiente para asegurar la salvación a “toda su casa” como vemos en el caso del carcelero.

La ausencia de mandamientos a los padres que bauticen sus hijos cuando cumplan con ciertos requisitos, favorece también a los que bautizan menores, aunque es justo mencionar que tampoco hay mandamiento para que los padres bauticen a los bebés que nazcan después de su conversión, pero esto también favorece a los paido-bautistas.

Si la administración del bautismo solo a adultos (o hijos con capacidad) es algo nuevo en la historia, se esperaría que tales instrucciones fuesen incluidas; pero si lo que se sigue es el patrón establecido en el Antiguo Testamento, que el ‘sello’ o ‘símbolo’ de la justicia de la fe es administrado a los hijos que nacen a posteridad, tal aclaración o mandamiento no serían necesarios y por lo tanto no se hallan en la instrucción apostólica.

Tampoco hay ejemplos bíblicos en el Nuevo Testamento de iglesias que ‘presentaran’ hijos pequeños en las iglesias o congregaciones de los apóstoles. Al contrario, la Escritura nos indica que la presentación Bíblica ‘es’ el bautismo (o la circuncisión en el Antiguo Testamento). La iglesia neotestamentaria tiene sus raíces en el judaísmo y cuando había conversiones de gentiles a ésta religión (prosélitos), toda la familia era bautizada.

El ejemplo de Cristo tocando la cabeza de los niños pequeños y bendiciendolos no indica que esto diera comienzo a una nueva práctica por la iglesia en que los líderes debían recibir bebés recién nacidos para orar por ellos y bendecirlos hasta que llegaran a obtener edad de conocimiento para luego ser bautizados. La Biblia no nos da indicación de que esta costumbre o práctica (aunque no tiene nada de malo) fuera incorporada al culto cristiano de la iglesia primitiva.

En fin, como hemos visto existe suficiente base bíblica para no condenar ni acusar injustamente de copiar o seguir las tradiciones de la Iglesia Católica a los evangélicos que practican el bautismo de los niños. Existe una diferencia muy grande entre la base Teológica Católico Romana y la Teología Protestante Reformada para sostener tal práctica.

Si usted no considera correcta tal costumbre eso debe respetarse, pero no se debe rechazar a los otros como anti-bíblicos ya que es muy probable que tengan más razón y fundamento que los que no practican el bautismo de infantes. De igual manera debo decir que no existe razón para ‘repudiar’ a aquellos que no creen que el bautismo de niños este respaldado bíblicamente. El caso del silencio sobre el tema puede ser utilizado tanto a favor como en contra de ambas posiciones.

Para cerrar diré que creo que los Cristianos Evangélicos no debieran estar separados sobre este asunto ya que estamos de acuerdo que el bautismo en agua ‘no salva’ y es sólo un acto simbólico de haber sido purificados de pecado e inmundicia y de pertenencia al cuerpo ‘visible’ de Cristo que es la iglesia (1 Cor. 7:14); Y eso no afecta si es un niño de un mes, uno, dos, once o doce años o si es un adulto quien lo recibe. Sigue en pie el requerimiento que cada uno sea regenerado y ‘bautizado por el Espíritu Santo’ y siendo así unido al cuerpo místico de Cristo para plena seguridad de la esperanza.

Fuente: vida eterna.org


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