El Coronavirus y los cristianos

Cuando se reportaron los primeros casos de Coronavirus, específicamente el Covid-19, en diciembre del año pasado, pensamos que esto acabaría pronto. Conforme fueron pasando las semanas, las noticias sobre la epidemia fueron cobrando más atención por parte de la sociedad. Y en específico, los países cercanos a la región asiática.Para quienes estamos en América Latina, pensamos que se trataba de algo muy lejano para nosotros, creímos que, por tratarse de un tema al otro lado del mundo, nunca llegaría hasta nuestro continente.

La Organización Mundial de la Salud, declaró el brote del virus como pandemia; y esto trajo consigo la urgencia de tomar medidas sanitarias drásticas. Estas medidas sanitarias, forzaron la cancelación de eventos masivos, cierre de fronteras, cancelación de vuelos comerciales etc.

Ahora bien, a lo largo de la historia; el mundo ha enfrentado diferentes problemas como las guerras, catástrofes, hambrunas, epidemias, pandemias etc. No somos los primeros en lidiar con una pandemia. Generaciones que nos antecedieron, hicieron frente a situaciones peores aún a las nuestras. Y en medio de cada una de estas situaciones, los cristianos han estado presentes, no han sido inmunes a los desastres y enfermedades.

La biblia nos deja muy claro que Dios es el Señor de todo, incluido el coronavirus y cualquier otra cosa. Deuteronomio 4:39 nos dice: “Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra.

El Salmo 24:1 no dice: De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo, y los que en el habitan.

El covid-19, ha traído caos al mundo, se habla de recesión económica a nivel mundial a corto plazo. Las economías están siendo golpeadas, miles de personas infectadas y no digamos quienes ya han muerto a causa de este mal. Lamentablemente algunos medios de comunicación han influido en la generación del caos, y por momentos, pensamos que todo está fuera de control. Muchas personas temen por lo que va a ocurrir. El caos, el temor, la incertidumbre etc. ha invadido el corazón de muchas personas, incluidos los cristianos.

Pero de nuevo recordemos lo que dice Deuteronomio 4:39 “Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra.

Nada de lo que está ocurriendo ha escapado del Señorío de Dios. Más bien nos está enseñando, cuan frágil y vulnerable es el ser humano. “El hombre, como la hierba son sus días…El hombre es semejante a un soplo; sus días como una sombra”

Vivimos en la era de la ciencia y la tecnología, y el hombre parece ser, un súper hombre, un súper humano que desafía a Dios. Pero al final, el ser humano es un ser frágil, impotente ante muchas adversidades. Los infortunios son el martillo que quebranta el corazón de la humanidad.

El covid-19, nos está dando la oportunidad de poner a prueba nuestra confianza en Dios, confianza en su palabra que es verdad. Quienes hemos creído en un Dios soberano y a la vez amoroso. No podemos dudar de su amor y poder. No podemos dudar de que Él, está con nosotros. El panorama mundial, nos da la oportunidad de proclamar al Señor en medio de los tiempos.

Nuestro papel como cristianos, es proclamar la esperanza que se encuentra en Jesucristo. No podemos hacer oídos sordos a lo que ocurre a nuestro alrededor, en ninguna manera podemos ignorar lo que ocurre actualmente. Pero si debemos animarnos unos a otros, y a la vez, ser un marco de referencia que el mundo pueda ver en nosotros. Amor, paz, gozo, benignidad, confianza, fe, templanza, mansedumbre, bondad; eso es lo que debemos mostrar. Es un buen momento para orar por el mundo enfermo y que sufre, y también por aquellos que son nuestros hermanos en la fe, y se encuentran atrapados por la desesperación y la enfermedad.

Este es un buen tiempo para compartir nuestra fe y mostrar el valor de la esperanza que se encuentra solo en Jesucristo. En tiempos como estos, el cristianismo debe mostrar coherencia con su mensaje.

Los gobiernos de cada país, han tomado las medidas sanitarias correspondientes. En algunos casos, la prohibición de reuniones masivas, atendamos las recomendaciones. No abusemos de la fe y seamos desafiantes. Atendamos con sumo cuidado las recomendaciones sanitarias. Dios puede librarnos de todo mal, pero esta en nosotros el mostrar la sabiduría y el verdadero valor de la conducta cristiana.

Actuemos con sensatez, no provoquemos el pánico. Seamos sabios y a la vez confiemos en las promesas del Señor. “No te sobrevendrá mal ni plaga tocará tu morada”, “Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearas con cánticos de liberación”, “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia”. Así podríamos seguir citando más promesas de Dios, y a la vez ahondando en ellas. Pero sobre todo reconocer que Él es Dios, en el cielo y en la tierra. Él es soberano, Él puede hacer como bien le plazca. Pero también es amoroso y paciente para con el hombre. Recordemos que en este mundo solo estamos de paso, nuestro destino es estar con El Señor. Y entonces, no habrá más lágrima, ni temores ni enfermedad.

Jesucristo viene pronto, pero no debemos especular con el fin del mundo. Y creer que el coronavirus es una señal del fin de los tiempos. Probablemente sí, pero a la vez no. Porque solo Dios en su sola potestad sabe lo que vendrá mañana. Para el cristiano, el final de los tiempos siempre está latente.

Pongamos toda nuestra confianza en Dios. Descansemos en Él, día a día y anunciemos la obra salvadora de Jesucristo.

¡Que el Señor guarde en completa paz nuestras vidas!

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