Los Escribas en la Biblia: Su Rol y Relación con Jesús

Descubre el rol de los escribas en la época de Jesús, su influencia religiosa y civil, y cómo su interpretación de la ley se contrastaba con las enseñanzas de Cristo.

Los escribas, conocidos en hebreo como soferim y en griego como grammateis, fueron una clase prominente en la sociedad judía durante los tiempos de Jesús. Su nombre, que puede traducirse como “escribas” o “secretarios”, refleja su principal función: estudiar, copiar y preservar las Escrituras, así como interpretar las leyes tanto civiles como religiosas. Su tarea era crucial para el mantenimiento de la ley y el orden dentro de la comunidad judía, y su influencia iba más allá de la simple escritura, extendiéndose a la aplicación práctica de la ley en la vida diaria de los creyentes.

En el contexto del Nuevo Testamento, los escribas eran también conocidos como nomikoi (intérpretes de la ley) y nomodidaskaloi (maestros de la ley o doctores de la ley). Su rol era el de educar a la comunidad en los preceptos legales establecidos, proporcionando dictámenes que, con el tiempo, se convirtieron en la base de la “tradición” oral. Estos dictámenes eran fundamentales en la vida cotidiana de los judíos, y constituían una especie de jurisprudencia religiosa que regulaba desde las prácticas de adoración hasta las interacciones sociales.

El contraste entre los escribas y las enseñanzas de Jesús es evidente a lo largo de los Evangelios. Los escribas eran responsables de mantener una tradición que, en ocasiones, se alejaba de la verdadera intención de la ley de Dios. Este enfoque rígido y formalista fue a menudo objeto de crítica por parte de Jesús, quien condenó la tradición por haber creado un sistema legalista que pasaba por alto el espíritu de la ley y la verdadera justicia. En varios pasajes, como en Mateo 15:2-3 y Marcos 7:2-9, Jesús acusó a los escribas y fariseos de poner cargas innecesarias sobre el pueblo de Dios, mientras ellos mismos se mantenían distantes de la verdadera obediencia a Dios.

La influencia de los escribas en la época de Jesús fue considerable, con muchos de ellos siendo miembros del Sanedrín, el consejo supremo judío. Su poder no solo era religioso, sino también político, pues ejercían una gran autoridad en la interpretación y aplicación de la ley. Sin embargo, no todos los escribas eran contrarios a Jesús. Algunos, como se menciona en Mateo 8:19, llegaron a ser seguidores del Mesías, aunque la mayoría, especialmente los fariseos, se mostraron enérgicamente opuestos a su mensaje.

A lo largo de los Evangelios, se observa cómo los escribas, al igual que los fariseos, se enfrentaban a las enseñanzas de Jesús, quien no solo desafiaba su autoridad, sino que también cuestionaba la validez de su interpretación de las Escrituras. Mientras que los escribas y fariseos se aferraban a una estricta observancia de la ley, Jesús proponía una comprensión más profunda y compasiva de la ley divina, basada en el amor y la misericordia. Esto llevó a frecuentes confrontaciones, que finalmente culminaron en la condena de Jesús.

En conclusión, los escribas desempeñaron un papel fundamental en la sociedad judía de la época de Jesús, no solo como guardianes de la ley, sino también como intérpretes de la tradición religiosa. Sin embargo, su interpretación legalista de las Escrituras contrastaba con el enfoque de Jesús, quien enfatizaba la importancia de vivir conforme al espíritu de la ley, más que en su cumplimiento literal y rígido. La relación entre los escribas y Jesús es un reflejo de los conflictos más amplios entre la tradición religiosa establecida y la nueva enseñanza del Reino de Dios que Jesús vino a proclamar.


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