La Biblia y los tatuajes ¿Qué dice la Escritura sobre la tinta en la piel?

Los tatuajes han sido una forma de expresión artística y personal durante miles de años. En la cultura moderna, los tatuajes son cada vez más populares, y muchas personas se tatúan como una forma de expresar su individualidad. Sin embargo, para quienes seguimos la fe cristiana, es importante considerar lo que la Biblia dice sobre los tatuajes.

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Por miles de años la gente se ha hecho tatuajes como una expresión cultural de pertenencia, individualismo o rebeldía. Otros, como criminales y esclavos, fueron “marcados” con tatuajes. Hoy día los tatuajes son considerados como un estilo de marca personal, una pieza de arte en tu cuerpo. El tatuaje tiene como finalidad el dejar grabado un dibujo o una marca en la piel a través del uso de ciertas agujas o punzones con tinta.

¿Qué dice la biblia al respecto?

En su mayoría, los textos en la Biblia que hablan sobre tatuajes son del Antiguo Testamento, específicamente en Levítico 19:28, donde se lee: “No se harán incisiones en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor”. Sin embargo, es importante tener en cuenta el contexto en el que se escribió este versículo.

En aquellos días, los tatuajes se hacían como parte de prácticas paganas y rituales religiosos. En el caso específico de Levítico, el versículo se refiere a la prohibición de hacer marcas o tatuajes en la piel en relación con prácticas religiosas paganas. Por lo tanto, algunos argumentan que la prohibición no se aplicaría a los tatuajes modernos que se realizan por razones personales y estéticas.

El Nuevo Testamento nada dice acerca de que un creyente debería o no tatuarse.

Un principio bíblico importante sobre asuntos acerca de los cuales la Biblia no se refiere específicamente, es que si hay lugar a dudas de que ello agrada a Dios, es mejor no involucrarse en tal actividad. “Todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23). Tenemos que recordar que nuestros cuerpos, tanto como nuestras almas, han sido redimidos y pertenecen a Dios.

Aunque 1ª Corintios 6:19-20 no se aplica directamente a tatuajes y perforaciones del cuerpo, esta nos da un principio, “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis en Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

Esta gran verdad debería tener una auténtica orientación sobre lo que hacemos y a donde vamos con nuestros cuerpos. Si nuestros cuerpos pertenecen a Dios, deberíamos asegurarnos de tener Su justo “permiso” antes de que “los marquemos” con tatuajes y perforaciones.

Los tatuajes, como muchas otras cosas, hasta cierto punto, vienen a llenar cierto vacío interior, lo cool o moderno que pueda lucir un tatuaje, puede hacernos perder nuestra integridad delante de Dios.

Dios ve el corazón, pero espera de nosotros que mostremos frutos de su palabra que salga de nosotros. Mucho de lo que exteriorizamos es el resultado de lo que tenemos en nuestro corazón.

Los cristianos somos llamados a ser cuidadosos con las decisiones que tomamos y a no hacer nada que ofenda o cause tropiezo a alguien más. En 1 Corintios 10:31-32, dice: “Ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. No sean motivo de tropiezo ni para los judíos, ni para los gentiles, ni para la iglesia de Dios”.

En última instancia, es una decisión personal si alguien decide hacerse un tatuaje. Sin embargo, es importante examinar el motivo detrás de la elección. 


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