Nimrod, el constructor de la Torre de Babel

¿Quién era Nimrod y qué papel jugó en la construcción de la Torre de Babel? Descúbrelo en nuestro artículo informativo, donde exploramos la historia, el mito y el significado cultural de este personaje legendario.

Cus engendró a Nimrod: este comenzó a ser poderoso en la tierra. Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová, Génesis 10:8-10.

En el capítulo 10 del Génesis tenemos un registro perfecto de las familias descendientes de Noé; y también de los reinos y naciones que fundaron los nuevos pobladores del mundo. En los versículos 8 a 10 se hace mención especial de Nimrod, y, aunque este personaje se nombra tan solo cuatro veces en toda la Sagrada Escritura, ocupa una posición prominente en las páginas bíblicas.

La Biblia nos habla de la Babel, fundada por Nimrod, de Babilonia, la capital del Imperio Caldeo, y de “La Grande Babilonia”, el monstruoso sistema político-religioso en cuyas hechicerías todas las gentes han errado; Apocalipsis 18. En los tres se destaca el orgullo y la soberbia del hombre, y las tres finalizan en fracaso y confusión.

Nimrod, “poderoso cazador delante de Jehová” fue, indudablemente, el promotor de la construcción de la torre “cuya cúspide llegara al cielo”. Era entonces toda la tierra de una lengua y unas mismas palabras. Aconteció que, como se partieron hombres del oriente, hallaron una vega en la tierra de Sinar, y asentaron allí.

Y dijeron los unos a los otros: “Vaya, hagamos ladrillos y cozámoslos con fuego. Y les fue el ladrillo en lugar de piedra, y el betún en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra”.

El construir una ciudad y una torre no era en sí ningún pecado; el pecado consistió en que esto estaba en oposición al propósito de Dios de “henchir la tierra”, y que en todos los planes de estos hombres no hubo ni un pensamiento para su Dios. No le buscaron ni le tuvieron en cuenta para nada. Se reunieron para obrar independientemente de Dios, pretendiendo crear para sí mismos una reputación de grandes: ¡hacerse un nombre!

Esta fue la primera confederación o asociación sin Dios. Y si echamos una mirada a la historia de los últimos años, veremos una cantidad grande y variada de estas asociaciones: anarquismo, comunismo, nihilismo, socialismo, etc.

Pero es de importancia no olvidar que la primera de todas fue la de la vega de Sinar; y tampoco debemos perder de vista el hecho de que pretendían, como todas las asociaciones de la misma clase lo han pretendido después, promover los intereses de la humanidad, y ensalzar el nombre del hombre. Aun así, como ellos excluyeron a Dios, el fracaso y la confusión fueron el resultado de sus ímprobos esfuerzos.

La historia de Nimrod nos enseña varias lecciones importantes:

— Nimrod fue el resultado de la maldición que Noé pronunció sobre Cus, el padre de Canaán, por haberse burlado de su desnudez. Génesis 9:25-27 dice que Noé maldijo a Canaán, y bendijo a Sem y a Jafet. Los descendientes de Canaán fueron los cananeos, los enemigos de Israel, y los descendientes de Cus fueron los cusitas, entre los que se encontraba Nimrod. Esto nos muestra que las acciones de nuestros antepasados pueden tener consecuencias para nosotros y que debemos honrar a nuestros padres.

— Nimrod fue un ejemplo de la soberbia y la ambición humana que se opone a la voluntad de Dios. Proverbios 16:18 dice que antes del quebrantamiento es la soberbia y antes de la caída la altivez de espíritu. Nimrod quiso hacerse un nombre y un imperio a costa de desobedecer a Dios y oprimir a sus semejantes. Esto nos advierte que debemos humillarnos delante de Dios y buscar su gloria y no la nuestra.

— Nimrod fue el precursor del anticristo, el futuro gobernante mundial que se levantará contra Dios y su pueblo en los últimos tiempos. Apocalipsis 17 y 18 nos hablan de la gran Babilonia, el sistema político-religioso que dominará el mundo bajo el liderazgo del anticristo y que será destruido por Dios en su ira. Esto nos alerta que debemos estar atentos a los signos de los tiempos y no dejarnos engañar por las falsas doctrinas y los falsos maestros.

Como ya hemos dicho, el fin de la primera asociación del hombre sin Dios fue el fracaso y confusión. Y esto está en marcado contraste con el desarrollo progresivo, y gloria final, de la asociación de Dios, o sea, su Iglesia, fundada, no por poderosos cazadores como Nimrod, sino por Jesús de Nazaret; no por la fuerza de las armas, sino por el poder de su Palabra y el valor de su sacrificio. Y esta Iglesia, cuyo fundamento es Cristo, y cuya única Cabeza es también Cristo glorificado, es la de que está escrito: “Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

La historia de Nimrod es una historia trágica, pero también una historia esperanzadora. Trágica porque nos muestra el pecado y la rebelión del hombre contra Dios; esperanzadora porque nos muestra la gracia y el poder de Dios para frustrar los planes del malvado y cumplir sus propósitos eternos.


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