Hamartiología

Hamarteología; viene de la voz griega » hamartia», que quiere decir pecado o pecar. Sin embargo, “hamartia” tiene un significado etimológico muy interesante, ya que en el griego muy antiguo significa errar al blanco o fallar, no acertar, lo cual da a entender que el hombre tiene una recomendación o tarea especial dada por Dios, en la cual ha errado o fallado.

La Hamarteología es un tema clave de la teología sistemática, por ello su enseñanza es fundamental y se ha descrito de mejor manera desde el punto de vista teológico como: La doctrina del pecado.

El concepto pecado es un tema central en la fe cristiana. La muerte de Cristo tiene una relación directa con este tema. Para la salvación del hombre es fundamental la comprensión correcta de qué es pecado. La ignorancia en este tema, expone al creyente a la indulgencia de libertades que Dios no da o cargas que Él no impone.

Ahora bien; para adentrarnos a este tema tan extenso, iniciaremos definiendo ¿Qué es pecado?

Que es pecado: Podemos dar las siguientes definiciones.

  • Cualquier desviación de la voluntad revelada de Dios: ya sea no hacer lo que él ha ordenado definidamente, o realizar lo que específicamente ha prohibido.
  • Todo lo que es contrario a Dios y su palabra, es pecado.
  • La doctrina cristiana enseña que el pecado es: Todo lo contrario a la ley de Dios; ya sea de palabra, de conducta o de obra. ü Pecar es ir en contra de la opinión de Dios.

El pecado ha puesto en enemistad a los seres humanos con Dios, lo cual exige que haya arrepentimiento para obtener su perdón. Según Romanos 8:7, “los designios de la carne son enemistad contra Dios”. No podríamos formular un juicio más condenatorio, porque significa que el pensamiento del hombre natural está condicionado y gobernado por la enemistad hacia Dios; lo cual nos hace pecadores.

El origen del pecado: El pecado es el peor mal que ha afectado a la humanidad entera en toda su historia, sus horribles y vastos efectos son evidentes en todo el mundo. La Biblia es la única fuente divinamente inspirada que nos explica cómo se origino el pecado. El pecado ya existía, antes de la creación del hombre. A luz de las escrituras, nosotros podemos ver que el pecado ya existía en la persona de Satanás y en los ángeles caídos según Ezequiel cap. 28:12-17 e Isaías 14:12-15. Ezequiel profetizó en contra de Tiro.

El pecado principal del rey de Tiro era la soberbia, ya que se creía un dios. Pero Ezequiel hizo una aplicación más amplia, hablando acerca del príncipe espiritual de Tiro, Satanás. Los versos 14 y 15 de Ezequiel capitulo 28; parecen constituir la más fuerte evidencia de que este texto se refiere a la caída de Satanás (Querubín grande)a causa de la iniquidad de su corazón.

La Biblia sin embargo, no se ocupa directamente del origen del mal en el universo, sino que trata más bien del pecado y su origen en la vida del hombre (1 Timoteo 2:14; Santiago 1:13-14) El capítulo tres del Génesis da las claves que caracterizan la historia espiritual del hombre. Son ellas: tentación, pecado, culpabilidad, castigo y redención. Génesis 3:1-6 presenta la narración de cómo Satanás sedujo a Adán y Eva, arrastrándolos a la desobediencia.

En este relato se observa la gran injerencia e interés que Satanás tiene en la humanidad por hacerle pecar. A lo largo de la Biblia se puede encontrar en Satanás, un personaje perspicaz, astuto y listo, que busca engañar a la gente para alejarla de Dios. Otro titulo que se le da a Satanás es “mentiroso y padre de mentira” Juan 8:44. Pero sin duda el relato más claro de su habilidad es el citado en Génesis capitulo tres. Veamos un pequeño resumen cronológico sobre este suceso.

1. Hace que Eva le atienda y hable. Esto lo hace por medio de una pregunta en la que tuerce lo que Dios había mandado.

2. Introduce duda en la mujer

a) Acerca del juicio de Dios “No morirás»

b) Acerca de la bondad de Dios. Y Le hace ver como que Dios está privándoles de una gran bendición.

c) Acerca de la santidad de Dios. Le presenta a Dios como teniendo celos o envidia de ellos y trata de mostrarles que por eso no quiere que coman del árbol prohibido, para que no lleguen a ser como él.

3. La duda entró en el corazón de Eva.

El pecado de Adán y Eva se manifiesto como una desobediencia, un acto por el que se oponían consciente y deliberadamente a Dios; violando uno de sus preceptos (Génesis 3:3); pero más allá de este acto exterior de rebeldía, la Escritura menciona un acto interior del hombre. Adán y Eva desobedecieron porque cediendo a la sugestión de la serpiente; quisieron «ser como dioses que conocen el bien y el mal», es decir, según la interpretación más común, ponerse en lugar de Dios para decidir entre el bien y el mal: tomándose a sí mismos por medida, pretendieron ser dueños únicos de su destino y disponer de sí mismos sin considerar la voluntad y opinión de Dios.

Se negaron a depender del que los había creado, trastornando así la relación que unía al hombre con Dios.

Las consecuencias del pecado

El pecado por naturaleza es destructor, y trajo consigo la destrucción para toda la humanidad. Romanos 5:12 dice: que “por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado”. El apóstol Pablo dice: que la muerte se “extendió” a todos los hombres, lo que indica que el pecado de Adán tuvo en la humanidad un efecto progresivo, no simultáneo.

El apóstol continúa diciendo que la muerte había gobernado como rey “desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado a la semejanza de la transgresión de Adán”. (Romanos 5:14.) Al pecado de Adán se le llama correctamente una “transgresión”, ya que se traspasó una ley declarada, un mandamiento expreso que Dios le había dado. Cuando Adán pecó, lo hizo por decisión propia, en calidad de ser humano perfecto, que no padecía incapacidad alguna, una condición de la que su prole obviamente nunca ha disfrutado.

Consecuencias para la creación: “Maldita será la tierra por tu causa” (Génesis 3:17). El pecado es un hecho que se dio en la esfera del espíritu humano, pero que ha repercutido en toda la creación.

Los efectos del pecado: El pecado hizo que el hombre ya no estuviera en armonía con su Creador. No solo dañó sus relaciones con Dios, sino también sus relaciones con el resto de la creación, e incluso se dañó a sí mismo, a su mente, corazón y cuerpo. La conducta de la pareja humana reveló inmediatamente esta falta de armonía.

El que cubrieran ciertas partes de su cuerpo, que Dios había hecho, y el que después intentaran esconderse de Él, eran indicios claros del alejamiento que se había producido en su mente y corazón. (Génesis 3:7, 8.) De manera que el pecado introdujo en ellos sentimientos de culpabilidad, ansiedad, inseguridad y vergüenza.

Este hecho ilustra la idea que el apóstol destacó en Romanos 2:15, donde dijo que la ley de Dios está ‘escrita en el corazón del hombre’, de modo que su violación trastocaría el interior del hombre y su conciencia le acusaría de haber actuado mal. Por decirlo así, el hombre tenía incorporado un detector de mentiras que hacía imposible que escondiese su condición pecaminosa ante su Creador.

El poder del pecado: El pecado y la muerte ‘han reinado’ sobre la humanidad y la han subyugado, sometiéndola a esclavitud. Al pecado no solo se le considera la comisión u omisión de ciertas acciones, sino también una ley, principio gobernante o fuerza que actúa en los humanos, a saber, la inclinación innata a cometer el mal que han heredado de Adán. De modo que su herencia adámica ha producido ‘debilidad de la carne’, imperfección Romanos 6:19. La “ley” del pecado obra continuamente en sus miembros, intentando controlar su proceder, hacerlos sus súbditos, a fin de que no estén en armonía con Dios.

El “rey” pecado puede dictar sus ‘órdenes’ de manera muy diversa en el ser humano. De ahí que cuando Dios observó que Caín se enardeció de cólera, le advirtió que depusiese su ira y procurase el bien. Jehová le dijo: “hay pecado agazapado a la entrada, y su deseo vehemente es por ti; y tú, por tu parte, ¿lograrás el dominio sobre él?”. Sin embargo, Caín permitió que el pecado de la envidia le dominara e hiciese de él un asesino.

El pecado está en la raíz del comportamiento, en el núcleo central de la persona, en lo que la Biblia llama corazón. Salmos 14:2-3, Isaías 53:6, Romanos 3:10, Gálatas 3:10, Juan 8: 44.

La aparición de la muerte: La muerte es consecuencia del castigo que merece el pecado. Esta fue la advertencia que acompañó a la prohibición en el Edén (Génesis 2:17), y es expresión directa de la maldición de Dios sobre el hombre pecador (Génesis 3:19). A causa del pecado la muerte provoca temor y terror en el hombre (Lucas 12:5; Hebreos 2:15)

La depravación: En la actualidad vivimos una total depravación de la raza humana, vemos con repugnancia ciertos actos que ofenden la moral y los principios de la sociedad misma. Pero desde el punto de vista bíblico, un acto pecaminoso es la expresión de un corazón pecaminoso (Mr. 7.20–23; Proverbios 4:23; 23:7). El pecado siempre ha de incluir, por lo tanto, la perversidad del corazón, la mente, la disposición, y la voluntad. El testimonio de la Escritura con respecto a la capacidad de penetración de dicha depravación es explícito. Génesis 6:5.

La derrota del pecado: A pesar de lo sombrío del tema, la Biblia nunca abandona totalmente una nota de esperanza y optimismo cuando se ocupa del pecado; porque el núcleo de la Biblia es su testimonio acerca de la poderosa ofensiva de Dios contra el pecado, en su histórico propósito de redención centrado en Jesucristo, el último Adán, su eterno Hijo, salvador de los pecadores.

En mérito a la obra toda de Cristo (su nacimiento milagroso, su vida de perfecta obediencia, en forma suprema su muerte en la cruz y su resurrección de entre los muertos, su ascensión y ubicación a la derecha del Padre, su reinado en la historia y su glorioso retorno) el pecado ha sido vencido. Su autoridad rebelde y usurpadora ha sido derrotada, sus absurdas pretensiones han sido expuestas, sus viles maquinaciones desenmascaradas y neutralizadas, los funestos efectos de la caída en Adán contrarrestados y desechos, mientras que el honor de Dios ha sido vindicado, su santidad satisfecha, y su gloria extendida.

En Cristo Dios ha vencido al pecado; esas son las grandes y buenas noticias de la Biblia. Ya ha quedado demostrada esta derrota en el pueblo de Dios, que por su fe en Cristo y su obra terminada ya está libre de culpa y juicio por el pecado, y experimenta desde ya, en cierta medida, la derrota del poder del pecado por medio de su unión con Cristo. Este proceso culminará al final de los tiempos cuando Cristo vuelva en gloria, los santos sean completamente santificados, el pecado sea desterrado de la creación, y surjan nuevos cielos y tierra donde morará la justicia.


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