Sabelianismo: Una herejía cristiana

El sabelianismo es una herejía cristiana que afirma que el Hijo de Dios y el Espíritu Santo no son personas distintas del Padre, sino que son meras manifestaciones o modos de ser del Padre. El sabelianismo fue condenado por el Concilio de Nicea en el año 325 d.C.

El sabelianismo es una herejía cristiana que afirma que el Hijo de Dios y el Espíritu Santo no son personas distintas del Padre, sino que son meras manifestaciones o modos de ser del Padre. Esta herejía recibió su nombre de Sabelio, un obispo del siglo III d.C.

A partir de los primeros decenios del siglo 111, el monarquismo modalista tomó también el nombre de «sabelianismo» del hereje de origen libio Sabelio que, condenado por el papa Calixto (por el 220), difundió esta doctrina por Egipto y por Libia. Defensor de un rígido monoteísmo, Sabelio consideraba a la divinidad como una mónada que se manifestaba (o dilataba) en tres operaciones distintas: Padre en el Antiguo Testamento, Hijo en la encarnación, Espíritu Santo en pentecostés.

Con esta concepción, Sabelio renovó el modalismo elemental de sus precursores, ya que introdujo en la economía de la salvación al Espíritu Santo y evitó hablar de la encarnación y de la pasión del Padre.

Los sabelianos fueron condenados por el Concilio de Nicea en el año 325 d.C. El Concilio de Nicea declaró que el Hijo es consustancial con el Padre, lo que significa que el Hijo es de la misma sustancia que el Padre. Esta declaración fue hecha para oponerse al sabelianismo, que enseñaba que el Hijo era inferior al Padre.

El sabelianismo es un error porque niega la Trinidad de Dios. La Trinidad es la creencia de que hay un solo Dios en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estas tres personas son coeternas (existieron siempre), coiguales (son iguales en poder y gloria) y co-substanciales (son de la misma sustancia).

El sabelianismo es un error porque no puede explicar cómo Jesús pudo morir en la cruz por nuestros pecados. Si Jesús no fuera una persona distinta del Padre, entonces no sería capaz de morir por nuestros pecados. La muerte de Jesús fue necesaria para pagar por nuestros pecados, y esto solo podía ser hecho por una persona que fuera verdaderamente Dios.

El sabelianismo es una herejía que ha sido condenada por la Iglesia desde el principio. Es importante recordar que el Hijo de Dios y el Espíritu Santo son personas distintas del Padre, y que todos los tres son un solo Dios.


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