El Sanedrín: Su papel en la vida religiosa y social de Judea

Hay noticia de que en tiempos de Antíoco existía una gerousia o concilio de ancianos. Pero el Sanedrín propiamente dicho fue un cuerpo colegiado que ejercía la suprema autoridad en asuntos políticos, religiosos y judiciales en Israel durante la ocupación romana.

El primero que usa el término, fuera del NT, es Josefo, quien nos informa que en el año 57 a.C. Gabino dividió el territorio de Israel en cinco synedria, cada uno con un synodoi, para fines de administración en asuntos civiles, ya que los romanos procuraban no interferir con la religión de los pueblos que conquistaban. Pero al parecer el asunto evolucionó hasta incluir asuntos religiosos, aunque teóricamente solo en los casos mayores, como era juzgar a un sumo sacerdote o a un falso profeta. En poco tiempo el de Jerusalén tuvo la preponderancia.

Estaba formado por setenta y una personas, todas de gran importancia, incluyendo a los principales nobles, sacerdotes y escribas. Lo presidía el sumo sacerdote. Años antes del juicio del Señor Jesús, Herodes el Grande había matado a unos cuarenta y cinco miembros del Sanedrín, y los había sustituido por personas afectas a él.

La jurisdicción del Sanedrín en el momento del juicio del Señor Jesús estaba restringida a Judea en términos estrictamente legales. Pero su influencia moral iba más allá, alcanzando a las comunidades judías dondequiera que estuvieran. Por eso dieron “poderes” a Saulo para ir a Damasco a perseguir a los cristianos (Hechos:2). Describen en la Biblia cuatro diferentes juicios celebrados por el Sanedrín:

1. El del Señor Jesús (Mar_14:53)

2. El de Pedro y Juan (Hechos:3-6)

3. El de Esteban (Hechos:12; Hechos:1-60)

4. El de Pablo (Hechos: 23:1-10)

El Sanedrín no tenía autoridad para dictar sentencias de muerte. Estas tenían que ser confirmadas por el procurador romano, por lo cual hubo necesidad de recurrir a Pilato en el caso del Señor Jesús (Juan:31). Si no se hizo así en el caso de Esteban fue porque se presentó un estallido de violencia (Hechos:57).

A través de las tradiciones judías recogidas en la Misná se conocen los procedimientos que se utilizaban en los juicios. Para que hubiera quórum se necesitaban unos veintitrés miembros presentes. Las reuniones se celebraban en un sitio conocido en el templo, pero nunca en día de fiesta, ni de noche, realizándose una excepción en el caso del Señor.

Los miembros del concilio se sentaban en semicírculo para que pudieran verse las caras. Frente a ellos había varias filas de asientos para los discípulos de los sabios. En medio se ponía al acusado, que debía vestir humildemente o de luto.

Se daba lugar primeramente a la defensa y luego a la acusación. Los estudiantes o discípulos podían hablar en favor del acusado, nunca en contra, a menos que se tratara de un caso que no envolviera la pena capital, cuando podían hacerlo de cualquier manera. Las sentencias de descargo debían dictarse el mismo día, pero las de muerte al día siguiente de la audiencia.


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