Iglesia, redes sociales y el coronavirus

La iglesia ha utilizado las redes sociales para mantenerse conectada con sus miembros durante la pandemia de coronavirus. Muchas iglesias han transmitido en vivo sus servicios, ofrecen oración y apoyo, y comparten contenido inspirador. Las redes sociales han sido una herramienta valiosa para que la iglesia mantenga viva su comunidad y ofrezca esperanza en tiempos difíciles.

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Cuando hablamos del mundo virtual, a muchos les salta en la mente el internet. Y ¿Qué es el internet? Un sistema de redes interconectadas mediante protocolos que ofrece a sus usuarios una diversidad de servicios y recursos.

Poco más del 50% de la población mundial usa el internet. De estos usuarios, más del 70% hace uso del internet para navegar en las redes sociales.  ¿Qué son las redes sociales? Son plataformas que agrupan personas entre sí y las relacionan.

Las redes sociales han cobrado un gran auge en la actualidad, son un medio de comunicación muy efectivo y de gran alcance; son la moda de hoy. Las estaciones de radio, televisión, negocios, artistas famosos, etc. hacen empleo de ellas.

Las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, entre las más populares, han alojado los perfiles de los más “famosos” líderes “cristianos”. Son los tele-evangelistas y pastores Neo-pentecostales, los que tienen acaparado un buen segmento de usuarios de las redes sociales. Es lo que en redes sociales se les conoce como “influencer”. Es decir, personas con influencia, capaces de influenciar a otros.

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El problema del Coronavirus, específicamente el covid-19, ha provocado que las iglesias tengan que cerrar sus puertas para el desarrollo de servicios colectivos. Esto ha provocado el distanciamiento entre miembros de la iglesia y sus líderes.

Los gobiernos buscan este aislamiento como una medida sanitaria urgente. Ahora bien, ¿Qué hace la iglesia para poder mantener ese contacto? Las mega-iglesias y los grandes influencers cristianos; tienen resuelto este problema desde hace ya varios años.

De hecho, las grandes organizaciones y denominaciones de renombre a nivel mundial han buscado esa presencia virtual. Pero en muchos casos, a las organizaciones, se les olvidó orientar a sus pastores o líderes para que pudieran incursionar en este mundo virtual.

A muchos la crisis les tomó por sorpresa. Las congregaciones pequeñas, líderes conservadores, pequeños grupos de cristianos. Busquen el acercamiento con la feligresía a través de estos medios. Muchos de los pastores, desconocidos para la gran mayoría de internautas cristianos, están tratando de tener esa presencia, que antes no tenían, y ahora con la crisis sanitaria que vivimos; se ha hecho indispensable buscar tal acercamiento.

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En América Latina, para muchos líderes; la tecnología no era parte de su atención. Algunos incluso han satanizado estos medios. Hoy, ante la necesidad, esa cita con la tecnología parece hacerles reconsiderar y cambiar de pensamiento con respecto a su uso. Esta crisis sanitaria mundial hizo que el conglomerado de cristianos se distanciara entre sí. El aislamiento ha sido necesario para contrarrestar la expansión del coronavirus.

Pero ¿Qué hacemos para poder tener ese contacto con la feligresía? Es necesario buscar alternativas y sobre todo el costo de las mismas. La radio y la televisión, son medios muy costosos. El Internet y específicamente las plataformas que tenemos a nuestra disposición, son la mejor herramienta accesible y de bajo costo que se puede utilizar.

Consideramos desde esta plataforma que, el coronavirus debe dejarnos grandes lecciones sobre la expansión del evangelio y su predicación. Este caos mundial nos está enseñando a emplear nuevas estrategias, que es el tiempo de actualizarnos en la tecnología para su buen empleo. Debemos ser conscientes que las redes sociales, en su máxima expresión.

Son un gran potencial que se ha desperdiciado. Indiscutiblemente, hay muchas cosas malas, pero también hay buenas y muy útiles. En muchas congregaciones existe una lucha entre generaciones, hay aquellas que tienen una amalgama; entre quienes crecieron entre tranvía y vino tinto, los millennials y las generaciones posteriores. Pero todos debemos buscar cómo expandir el evangelio de Jesucristo y llegar a un consenso sobre el buen uso y utilidad de la tecnología.

Del tema hay mucho que hablar, si bien es cierto que existe mucha información cristiana en diferentes portales de internet. También debemos de reconocer que muchos pastores han dejado a un lado estos medios. Como indicamos con anterioridad lo ha satanizado; y es que no podemos negar los efectos negativos de las redes sociales. Pero debemos reconocer que desde hace mucho tiempo el internet ha transformado la predicación.

Las nuevas generaciones tienen fácil acceso a los teléfonos móviles inteligentes y computadoras. Ellos tienen una forma distinta de socializar e intercambiar información. Pareciera que este escrito ha llegado tarde con respecto al tema, pero la crisis que desató el coronavirus, mostró otra realidad presente en nuestra latitud; específicamente en la iglesia.

¿Qué más le espera al mundo después del coronavirus? No lo sabemos, pero mucho tenemos que aprender. Y es que la iglesia debe enfocarse en su extensión por todos los medios, adaptarse a las necesidades y ofrecer el mensaje esperanzador en momentos de extrema necesidad como el que se vive actualmente.

Como un apunte final debemos observar lo siguiente:

  • No estamos diciendo que se debe reemplazar el servicio congregacional presencial, por uno virtual. No podemos reemplazar el contacto humano. 2 Juan 1:12
  • Debe haber un buen control sobre su uso, propósito y alcance. Efesios 5:15-16

Y, sobre todo, las redes sociales, el internet, deben enseñar cómo seguir a Cristo y no a las personas. Deben mostrar la imagen de Dios y no del líder.


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